
¿A dónde me iré de tu espíritu?
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos… ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu Presencia?...
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Salmo 139.
Ciertamente nuestro caminar esta ante los ojos escudriñadores del Señor omnipresente. No con dedo acusador, pero si presto a enseñar, reprender, corregir e instruir en justicia. Al igual que bendecir, fortalecer, levantar, restaurar, sanar y dar paz.
Es entonces menester mirar nuestros pasos, aplomando nuestras decisiones y actitudes; asegurándonos que estas sean conforme al ideal de Dios, pues finalmente hay una cita pendiente ante su trono de gracia; donde un día, todos sin escusas ni excepción, daremos cuenta de nuestro peregrinaje.¡Que Dios nos ayude a ser hallado fiel! Amén.